El vicepresidente y comisario de la Competencia de la Comisión Europea,
Joaquín Almunia, ha asegurado hoy que las recomendaciones europeas son
"obligaciones" para España y ha alertado de que existen "serios riesgos"
de que los gobiernos "puedan empezar a tirarse los trastos a la cabeza
unos a otros".
Durante su intervención en el Foro ABC organizado con la colaboración
de Deloitte, Almunia ha insistido en que se necesitan decisiones
europeas "contundentes" y más confianza personal entre los gobernantes,
para "ceder soberanía" y evitar un contagio progresivo de los problemas
individuales de cada país.
Almunia ha asegurado que hasta ahora la Unión Europea no ha podido
aislar los problemas que tienen algunos países ni "frenar la
contaminación", por lo que hay que tomar decisiones cuanto antes porque
"cada vez queda menos tiempo".
El vicepresidente de la CE ha afirmado que España debe saber que las
recomendaciones de la Comisión Europea sobre rebajas salariales a los
funcionarios o aumentos del IVA son "obligaciones" y "por supuesto son
vinculantes".
Ha añadido que los ajustes presupuestarios son "inexorables" y ha
alertado de que España "va retrasada en el cumplimiento del objetivo de
déficit público para este año".
Sobre la ayuda financiera de la UE a la banca española, ha incidido
en que se trata de un rescate, puesto que su denominación en inglés es
"rescue" o "bail out" y no ve improbable que en un futuro este tipo de
préstamo se de directamente a las entidades financieras.
Ha dicho que el actual mecanismo financiero de la UE no contempla la
ayuda directa, pero que "tampoco es imposible de imaginar" y que lo que
habría que ver es "cómo rendiría cuentas la entidad financiera" ante el
que presta el dinero.
"Todavía no se ha puesto la respuesta sobre la mesa", ha dicho.
Almunia ha reiterado que el Consejo Europeo de esta semana es
"crucial" para frenar el contagio de la crisis de la deuda soberana y
adoptar medidas sobre unión bancaria y fiscal, pese a que no sea fácil
"decirle a un alemán que su reputación financiera se va a poner en un
fondo común".
La dificultad de operar sobre una base de intereses comunes ha
generado falta de confianza entre los países y ha asegurado: "No hay
todavía suficiente conciencia de todo lo que podemos perder todos si la
integración europea da marcha atrás".
Almunia ha criticado los argumentos que esgrimen algunos dirigentes
sobre las ventajas de que algún país abandone el euro y ha asegurado que
sería una enorme equivocación.
Además, ha añadido que los países europeos deben "vencer la tentación
de ser pesimista" y de "rehuir la realidad", al tiempo que ha lamentado
que existan análisis "fáciles de tertulia" más basados en la
improvisación que en la reflexión.
Publicado o 25/06/2012 en www.expansion.com
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